
¿Qué es un embutido fresco?
Un embutido fresco es aquel que todavía no ha pasado por un proceso de curado. Se elabora con carne picada (normalmente de cerdo), especias y a veces hierbas, que se introduce en una tripa natural o artificial.
Ejemplos clásicos: butifarra, salchicha fresca, chorizo fresco o longaniza para cocinar.
Características principales:
-
- Se vende crudo y necesita cocción (a la plancha, al horno, hervido…).
-
- Tiene un sabor más suave, más cercano a la carne original.
-
- Se conserva pocos días en la nevera y debe mantenerse refrigerado.
-
- No debe comerse sin cocinar.
Estos embutidos son perfectos para hacer a la brasa, en guisos o simplemente en una sartén con un chorrito de aceite.
“El embutido fresco es como una carne sazonada: necesita fuego para sacar todo su sabor.”

¿Y qué es un embutido curado?
El embutido curado ha pasado por un proceso de secado al aire y maduración durante semanas o meses. No necesita cocción y se come tal cual, cortado en rodajas. Ejemplos muy conocidos: chorizo curado, fuet, salchichón, lomo embuchado, jamón serrano.
Características principales:
-
- Se conserva durante mucho más tiempo, incluso fuera de la nevera si está entero.
-
- Su sabor es más intenso y complejo, gracias al proceso de curación.
-
- Tiene una textura más firme y un aroma característico.
-
- Se come crudo, pero está perfectamente seguro gracias al curado.
Estos embutidos son ideales para bocadillos, aperitivos, tablas de embutidos o simplemente acompañados con pan y un poco de aceite.
“El curado transforma la carne: concentra el sabor y permite disfrutarla sin cocinar.”